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BOMBOS : CONSTRUCCION RURAL EN PIEDRA SECA

Actualizado: 4 nov 2021

Pese a que el 80% de la población española vive en ciudades y se espera que alcance el 88% para 2050, hoy en día siguen existiendo joyas arquitectónicas que evidencian cómo era la vida en el interior de España y que sirven como reclamo para el turismo rural.


Un ejemplo son los bombos de Tomelloso, seña de identidad de la ciudad manchega que enriquecen su paisaje. Estas construcciones están integradas en tramos de la Ruta de Don Quijote, declarada Itinerario Cultural Europeo, que discurre por el territorio de la región de Castilla-La Mancha siguiendo las andanzas del caballero Don Quijote, protagonista de la universal obra de Don Miguel de Cervantes.

Vista exterior del bombo

Uno de estos bombos se encuentra actualmente en el Museo del Carro de Tomelloso, para su construcción se utilizaron más de 2.000.000 de piedras y fue construido por Pablo Moreno e inaugurado en 1970.


Servía de refugio ideal en las tareas del campo. Tiene su origen a partir de la segunda mitad del s. XIX, como consecuencia de la extensión del cultivo de la vid, utilizándose como morada durante las faenas agrarias. En esa época, los agricultores no podían ir y volver al pueblo en un mismo día, por lo que tuvieron que levantar este tipo de instalaciones para albergar a los labradores, dar cobijo a los animales y guardar sus herramientas durante las jornadas campestres.


Entrada del bombo

Zona de descanso

La técnica empleada era a base de hiladas de piedras planas colocadas unas encima de otras sujetas entre sí, sin ninguna argamasa, técnica conocidad como piedra seca, en su interior se colocaba una chimenea que servía para calentar y cocinar los alimentos y para proporcionar calor.

Chimenea y espacio para cocinar

Las piedras más grandes se colocaban en la parte más baja, se abría una zanja de unos 40 cm para poner los cimientos, se colocaban formando dos muros en círculo verticales y paralelos, dejando en ocasiones hasta un espacio de un metro de anchura, que posteriormente se iba rellenando con piedra suelta de menor tamaño, dando la impresión de ser un solo muro.

A partir del 1,40 m de altura se inicia la vuelta cónica desde donde parte el arranque de la falsa cúpula, el constructor hace volar ligeramente cada hilada circular y concéntrica, cada vez más pequeñas conforme se acercan al eje del círculo. La hilada final acaba por formar un anillo de pocos centímetros de apertura, que se cubre con una piedra gruesa.

Según la planta existen cuatro tipos: circulares, de planta elíptica, de planta rectangular de esquinas redondeadas y de planta cuadrada de esquinas redondeadas.


Cúpula vista desde el interior

Las puertas pueden ser: de arco de medio punto, arco rebajado y los más antiguos adintelados.

Arco de entrada

En el interior de los bombos de Tomelloso se puede encontrar, entre otros, la chimenea para el fuego, los poyos para el descanso, las hornacinas a modo de alacenas, las estacas clavadas en las paredes o ganchos donde principalmente se colgaban los aperos al terminar las faenas y la zona de la cuadra para los animales, los cuales proporcionaban calor durante la noche.


Zona de cuadra para los animales

La singularidad de estas construcciones fue acogida con gran interés por los participantes del I Congreso de Arquitectura Rural en piedra seca y solicitaron a la UNESCO la declaración de los bombos de Tomelloso como Patrimonio de la Humanidad.


Vista exterior general del bombo


Fuentes : Ayuntamiento de Tomelloso, Museo del Carro de Tomelloso, Vinícola de Tomelloso



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