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EL BAÑO SECO

  • Foto del escritor: ADEAH
    ADEAH
  • 10 dic 2021
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 31 dic 2021

¿Puede el baño seco ser una solución para un saneamiento sostenible? ¿Podemos reemplazar el WC por el baño seco?

Cuando hablamos de baños secos pensamos en la reducción del desperdicio de agua potable en descargas y la contaminación de los inodoros convencionales. Pero un aspecto que no tenemos en cuenta es el reconocimiento de que nuestros excrementos son un recurso y no un desperdicio.


El inodoro forma parte de nuestra vida diaria pero sobre todo en viviendas unifamiliares así como en zonas rurales y periurbanas el uso del baño seco puede convertirse en la solución más barata y racional porque al mismo tiempo nos aporta un abono valioso y gratuito para enriquecer el suelo de los jardines y una reducción de la factura del agua del 20% al 30%.



Pero el desarrollo del baño seco se ve impedido a tres niveles diferentes:


- La ideología higienista que decreta que nuestros excrementos son el enemigo número uno de la salud pública.

- La negativa de la mayoría a utilizar este tipo de inodoro debido a nuestro sistema educativo.

- Desinformación mantenida por poderosos lobbies.



Baño seco

Los intereses del baño seco también son ambientales:


- Mayor respeto por el ciclo del agua: Las heces se degradan mal en el agua. Las bacterias y los productos químicos que desechamos requieren un tratamiento más largo para ser tan inofensivos como las aguas grises (agua de lavado). Por lo tanto, la descarga de inodoros aumenta considerablemente la carga de las plantas de tratamiento de aguas residuales en volumen y potencia.

- Optimización de los recursos naturales: En forma de compostaje orgánico de calidad, los excrementos, mediante clasificación selectiva en origen, permiten devolver más directamente a la tierra los nutrientes (N,P,K). Aquellos que cultivan un jardín directamente encuentran un uso para su compost, de lo contrario un jardinero o un vecino cultivador pueden aprovecharlo. En forma de materia orgánica a biometanizar, los excrementos producen un biogás.

- Reducción de los problemas de eutrofización: Mediante la evacuación a través de inodoros de agua tradicionales, las heces y la orina liberan cantidades significativas de nitrógeno fosfórico en el agua, contribuyendo así significativamente a la degradación de los ecosistemas acuáticos (eutrofización).


Porque los baños secos

Hay conceptos erróneos relacionados con el uso de baños secos:


- Separación de materia fecal y orina: De hecho estamos hablando de separar las dos por conveniencia. La orina, fácil de almacenar en un tanque separado, proporciona el 90% de la masa de nuestros excrementos. Si esta orina es evacuada, la materia sólida puede permanecer varios meses. Gracias a este truco, el uso del baño seco es similar al de un inodoro convencional. La separación de la orina saca automáticamente a relucir el problema de los olores. La clave para un control simple del olor radica precisamente en la reunión de la orina y la materia fecal con el serrín. Cuando los dos están separados, los olores aparecen en ambos lados. Para evacuarlos, se requiere un sistema de tuberías y ventilación forzada.


- Confundir heces deshidratadas y humus: La mayoría de los baños secos en el comercio operan de acuerdo con el mismo principio. Al consultar los coloridos catálogos de estos inodoros, notamos la discreción con respecto al destino de la orina. Pero lo más impactante es que llamamos "compost" a un producto que no es más que heces secas. Esparcirlas en el jardín es equivalente a hacer su negocio allí.


- Creer que la orina acumulada se puede utilizar en el jardín sin causar daños: La orina se recoge en un tanque donde, gracias a la acción de una enzima siempre presente en la orina, el nitrógeno orgánico se transforma con bastante rapidez en iones de amonio. Esto explica el olor a amoníaco (NH3) de la orina que permanece durante unas horas en un orinal o en un balde higiénico. Alrededor del 80% del nitrógeno orgánico en nuestros excrementos se encuentra en la orina. Por lo tanto, entendemos la importancia del destino de la orina para el entorno receptor. De hecho, en forma amoniacal, el nitrógeno solo puede seguir el camino de la oxidación en la naturaleza. Se forman así iones nitritos particularmente tóxicos (NO2-), que se oxidan a nitratos (NO3-). La orina almacenada en el tanque del inodoro se convierte en un concentrado de amonio que contiene iones nitrito y nitrato. El nitrato de amonio formado es un fertilizante químico común, que explica el "poder fertilizante" de la orina aplicada. Lo que se olvida es que los compuestos iónicos como el nitrato de amonio aceleran la tasa natural de descomposición del humus. Por lo tanto, la aplicación de orina destruye el humus del suelo.


Ideas preconcebidas

Pero, ¿qué se hace si no se recomienda el uso de un inodoro conectado a una planta de tratamiento de aguas residuales y el uso de ciertos inodoros secos comerciales es igualmente dañino?


Para responder a esta pregunta se debe:


  • Repasar nuestra relación con nuestros excrementos.

  • Conocer la ley básica que rige el funcionamiento de todos los ecosistemas.

  • Concentrarse en las técnicas que han integrado estos nuevos datos.

La ley básica:



Cada kilogramo de biomasa vegetal y animal que no se reincorpora al proceso de formación de los suelos debilita la capacidad de producción del ecosistema y se convierte en una amenaza de contaminación del agua y/o del aire.
La consecuencia es una perturbación de los grandes ciclos naturales, como el del nitrógeno, del fósforo, del carbono o el del agua.


¿Qué es biomasa vegetal o animal?


Biomasa vegetal Biomasa animal


Madera, hojas secas, paja, tallos… Restos de animales, deyecciones animales y humanas


Rica en carbono, pobre en nitrógeno Rica en nitrógeno, pobre en carbono


Relación carbono/nitrógeno (C/N): alta Relación carbono/nitrógeno (C/N): bajo


(hasta 300) alrededor de 7)



Una gestión del agua y una producción alimentaria sostenibles no son posibles sin una asociación juiciosa de estos dos tipos de biomasa y sin su reintroducción en los procesos de formación de los suelos.


Para satisfacer las exigencias de esta ley básica debemos buscar las soluciones técnicas que nos permitan reintroducir nuestras deyecciones junto con la biomasa vegetal en el ciclo de formación del humus. El sanitario seco biocontrolado (SSB) representa una de las posibles respuestas a esta premisa. La otra se dirige hacia la recogida y el tratamiento selectivo de las aguas fecales y de las aguas grises.


En resumen, ¿qué debemos replantearnos en cuanto a nuestra relación con nuestros excrementos? Debemos admitir de una vez por todas que nuestras deyecciones no son desechos que debamos depurar, sino una parte muy importante del ecosistema que nos permite vivir. Nuestra alimentación viene de la tierra y nuestras deyecciones deben, por tanto, volver a ella. Con el fin de no cometer errores irreparables debemos conocer bien este proceso de reintegración.






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